Telefónica pone en marcha un ambicioso Plan de Comunicación Interna
Cobran protagonismo en este Plan los impulsores de comunicación, que no son sino actores destacados que contribuyen a que el plan de comunicación de la operadora funcione de forma adecuada. Se trata de empleados que por sus habilidades y en función de su evaluación, de forma voluntaria y desinteresada contribuyen a que la información fluya.
Los objetivos que la multinacional persigue con este programa son que la comunicación circule, desde los empleados a la alta dirección y viceversa, un engranaje en el que participan 230.000 personas, distribuidas en 24 países.
Luis Abril, secretario general técnico de la presidencia; Óscar Maraver, director de recursos humanos; y Marisa Navas, directora de comunicación, componen el comité de comunicación interna, órgano principal que marca las pautas para desarrollar este sistema que nutren de información los comités locales y regionales.
"Hemos estructurado el modelo para que los distintos soportes permitan una comunicación bidireccional", ha explicado Navas. El nuevo modelo de comunicación es la respuesta al cambio que protagonizó el año pasado Telefónica, cuando dejó atrás una organización basada en líneas de negocio, estableciendo una estructura que gira en torno a tres grandes áreas geográficas -España, Europa y Latinoamérica– que integran la telefonía fija y móvil.
Por otra parte, en los últimos tres años, la compañía ha adquirido O2, los activos móviles de BellSouth en Latinoamérica y la principal operadora de la República Checa, Çesky Telecom. La participación en el capital de China Netcom y la reciente adquisición del 6,9 % del capital de Telecom Italia, son también ejemplo de esta evolución.
"Hace dos años éramos la mitad de lo que somos ahora en tamaño y diversidad, dos de los factores que han impulsado este plan", aclara Abril. Para llegar de forma homogénea a la plantilla, se ha diseñado un esquema que canaliza la comunicación de país a región -unidad territorial- y de ahí al mundo, corporación central -a través de comités- bajo las directrices de un modelo global.
Con el fin de que el programa cale en la organización, en la parte más baja de esta pirámide que se alimenta en ambas direcciones -de local a corporativo y viceversa- Telefónica ha designado los mencionados impulsores de comunicación.
"Cada operadora es responsable de gestionar a través de estos líderes de opinión los temas de comunicación", señala Maraver. "Participan en los comités locales y cuentan con representantes en los regionales y globales", aclara Navas. En cualquier caso, puntualiza Abril, "es una estructura informal, reflejo del modelo formal organizado en tres niveles: local, regional y corporativo".
Otro de los ecos que alimenta la estructura son los directivos -1.400 en el grupo- para los que la multinacional ha creado un portal, "pensado para darles herramientas que contribuyan a su propio protagonismo y que lo asuman como comunicadores", explica Maraver. "El mejor canal de comunicación institucional es el propio jefe", concluye Abril.
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